
Sí una persona, sea peruana o extranjera, se enamora y decide casarse tiene que tener una cantidad razonable de dinero para poder subsistir. De lo contrario su entorno pensará que a este individuo le falta un tornillo. Pero si un hombre llega a enamorarse de una marca, este no tendrá que tener la cuenta del banco llena ni mucho menos estar en la lista de clientes de la “cuenta millonaria” de un conocido banco local.
Para el publicista Kevin Roberts, CEO de Saatchi & Saatchi las marcas tienen que ser irresistibles. Como la mujer peruana más bella o como la chica de los sueños de cada lector. Esto ocasionará que la prefiera por encima de su precio o su ausencia en el punto de venta. Eso si es ser fiel. Debido a que en el marketing la falta de un producto en una bodega o supermercado es un pecado mortal. Una “lovemark” debe juntar tres conceptos fundamentales: Misterio, sensualidad e intimidad. Hay marcas que trascienden a las empresas que las producen. Las marcas son ahora de los consumidores y ya no de los empresarios o stakeholders. Se trata de un concepto muy fuerte y que revoluciona el universo publicitario y del mercadeo.
Ser la marca a la que más se aspira es el primer paso para convertirse en un “lovemark”. En una época de crisis una “lovemark” saldrá mejor librada debido a la lealtad construída. Esta lealtad se construye sobre una base. Esta está compuesta por respeto, amor y transparencia. Elementos que equivalen a ser los pilares que sostienen un matrimonio duradero.
El marketing moderno debe ir más allá de vender productos o algún servicio. La misión de los profesionales en este rubro es construir una relación de felicidad. El cliente debe ser considerado mucho más importante que el producto. Esto se debe lo siguiente: Las personas tienen sentimientos y los que crean las marcas lo han comprendido. Los profesionales encargados de dar vida a una marca tienen que sintonizar a esta con el alma de la gente. Es necesario crear un lazo de amor entre las marcas y los consumidores.
Para terminar quisiera hacer una reflexión. En el mercado se necesita librar menos batallas y concentrarse en hacer mejor el amor.
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